El Castillo de Vimianzo es el permanente vigía de la villa. Situado a la entrada del núcleo urbano, fue construido allá por los siglos XII o XIII por la familia Mariño de Lobeira.
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La Costa da Morte es el área de mayor densidad de mámoas (sepulcros) de Galicia, con más de 300 construcciones megalíticas y alguno de los dólmenes más importantes.
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Al lado del Río Grande, encontramos los Batanes del Mosquetín, un enclave compuesto de tres batanes y seis molinos. Los batanes se emplearon desde finales del siglo XVIII y del XIX, y servían para abatanar los tejidos.
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La Barca, la Cachucha, la Furada, la Dama… no son cuadros, canciones o poemas, pero son arte. Son los Penedos de Pasarela, una serie de conjuntos escultóricos naturales surgidos por la erosión del viento marino y que, dependiendo del sol, la posición, y la imaginación, forman distintas imágenes.
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Además de Sabadelle, Vimianzo cuenta con otro rincón salado. Se trata de Porto de Cereixo.
Esta parroquia se sitúa en la parte alta de una península formada en la unión de los ríos de Cereixo y Grande, en el vértice de la ría de Camariñas.
Vimianzo tiene su ventana al mar en Sabadelle. Entre Traba (Laxe) y Camelle (Camariñas) se sitúa este punto de encuentro entre tierra y mar, donde Vimianzo saborea el agua salada del Atlántico.
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